Todo comenzó con la llegada de los primeros ejemplares traídos a Puerto Rico por los conquistadores españoles. Durante esa época colonial, en las calles adoquinadas del Viejo San Juan se llevaban a cabo carreras de caballos en celebración a los días de santos. Fue allí, donde nació el hipismo puertorriqueño que hoy día forma parte de nuestra cultura nacional.
A finales del siglo XIX, las carreras se comenzaron a celebrar de forma semi organizada en Ponce y San Germán; en esos dos pueblos se inauguraron los primeros hipódromos en la Isla. Luego, durante la primera década del siglo XX, se inauguró un hipódromo en Mayagüez. Años después, en las décadas de 1920, 1930, 1940 y 1950, los principales hipódromos en la Isla lo fueron Las Casas, Quintana y Las Monjas.
No fue hasta enero de 1957 que se inauguró el hipódromo El Comandante en Carolina. En ese momento se convirtió en el único en la Isla, ya que para esa fecha el antiguo hipódromo Parada 20 (de los primeros) había cerrado y posteriormente, en el 1956, le siguieron Las Casas, Quintana y Las Monjas.
Fue entonces que se construyó la nueva sede de El Comandante en Canóvanas, lo que hoy día es conocido como nuestro Hipódromo Camarero tras la venta de la instalación a Camarero Race Track Corp.
Camarero, poseedor de la marca mundial de 56 victorias consecutivas en la década de 1950
Pasión hípica
Este deporte es pura pasión para muchos en el mundo, pero especialmente en el Caribe. El hipismo puertorriqueño se destaca por su larga e interesante historia y por sentar pautas. Pautas como ser los precursores de la creación de la jugada del Pool, que fue adoptada por otros países y al presente es una de las principales apuestas en alrededor del planeta con pocas modificaciones al concepto original establecido en nuestra Isla.
Nos distingue además la pasión que tienen los aficionados por este deporte. A mediados del siglo XX el hipismo era una de las principales actividades deportivas en la Isla, recibía amplia cobertura en los periódicos locales, ayudando así a convertir tanto a ejemplares como a jinetes en ídolos.
Jinetes y ejemplares de primera
Ejemplo de ello son los ejemplares The Kid, primer caballo nativo en correr en Estados Unidos a finales de la década de 1950; Camarero, poseedor de la marca mundial de 56 victorias consecutivas en la década de 1950; Dawn Glory, corredor con éxito en pistas de Estados Unidos; Bold Forbes, ganador del Kentucky Derby y el Belmont Stakes en 1976; Mister Frisky, invicto en 16 salidas en el Kentucky Derby de 1990, entre otros.
También, cuando se habla de jinetes, Puerto Rico está entre los principales países generadores de estos ágiles deportistas. En la Isla se han desarrollado excelentes jinetes de calibre mundial como Angel “Junior” Cordero, John Velázquez, Eddie Belmonte, Miguel Angel Rivera Vargas, y los hermanos Irad y José Luis Ortiz, entre muchos otros que han probado la calidad de su monta ante los mejores en el deporte.
John Velázquez, jinete estrella destacado en el Kentucky Derby. Velázquez es egresado de la Escuela Vocacional Hípica AMR.
La cultura del deporte
El hipismo es una actividad que combina lo colorido con la velocidad, aspectos que de entrada captan la atención del espectador y lo enamoran a tal grado que se convierte en una relación para toda la vida. Esta actividad es financiada por las apuestas que ayudan a sostener la práctica que diariamente deleita a millones de fanáticos que con mucho detenimiento y análisis escogen quienes creen que serán los ganadores. El hipismo es una apuesta llena acción y emoción como ninguna otra.
Los hipódromos también son importantes patronos en sus países y comunidades. Solo en Puerto Rico, entre siete mil y ocho mil personas laboran a diario en Hipódromo Camarero para que los jinetes se beneficien de un buen entrenamiento, los ejemplares disfruten sus triunfos en salud y que tanto el caballo como el jinete cuenten con un equipo que vele por ellos y por su máximo desempeño. La facilidad también alberga la Escuela Vocacional Hípica Agustín Mercado Reverón donde se educan y entrenan nuestros futuros jinetes.
Por definición, cultura es un conjunto de tradiciones. El hipismo es un deporte de más de cien años de tradición en Puerto Rico y con el pasar del tiempo ha ganado arraigo en un amplio sector de nuestra sociedad. En esta Semana del Hipismo Puertorriqueño 2018 celebramos a todos los que hacen posible este deporte en nuestra Isla. ¡Qué viva el hipismo boricua!
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*Un agradecimiento especial a los historiadores hípicos Joe Bruno y Jorge Colón por la gran aportación que realizan por medio de su trabajo y por su amplia colaboración en esta historia.